martes, 22 de noviembre de 2011

Sobre la relocalización de boliches (declaración completa)

Primera declaración en defensa del territorio: ¡BASTA YA!

La construcción de un problema

La iniciativa de mudar los locales bailables del centro de la ciudad comenzó con la declaración del estado de emergencia de la noche santafesina en octubre de 2009. La medida contempló, entre otras cuestiones, topes en los horarios de funcionamiento de los boliches, abultadas sumas de dinero como multas por incumplimiento y la prohibición del ingreso de menores de 17 años; todas disposiciones que permanecen vigentes. La medida se tomó después de una semana marcada por varios hechos violentos relacionados con la actividad nocturna y el exceso en el consumo de alcohol, en especial de los jóvenes. Fue enviada por el Ejecutivo y defendida en el recinto por el concejal Carlos Pereira, quién resaltó la importancia de “reflexionar respecto del rol que le compete al Estado”. Reflexionemos, entonces, sobre el rol que compete al Estado y sus políticas públicas; reflexionemos sobre el caso de la relocalización de los boliches.

La relocalización de boliches se enmarca dentro de esta problemática y es decretada en la ordenanza 11.653, disponiendo “nuevas zonas habilitadas”. Según la propuesta, se habilitarían 6 nuevas zonas: El corredor de avenida Alem, desde Belgrano hasta el Puente Oroño, la avenida Gorriti, Aristóbulo del Valle, desde Gorriti al norte, La Vuelta del Paraguayo, Alto Verde y la Ruta Nº 168, desde viaducto Oroño hasta La Guardia. Dos de esas zonas son los territorios que actualmente habitamos los vecinos de la Vuelta del Paraguayo (Vuelta del Paraguayo - vera de la Ruta 168).

La forma en la cual se define un problema condiciona los instrumentos, los modos y objetos de las opciones de acción y de la propia decisión. No es lo mismo definir el problema como producto de una situación de emergencia para un sector de la sociedad, que definirlo desde una mirada plural, y abarcativa que incluya la falta de la realización de obras públicas y de infraestructura en las zonas más vulnerables.

Consideramos que la noche como problema es definida desde una perspectiva que prioriza las condiciones de vida de un sector de la sociedad, y – generando un negocio para el privado – zonifica a la ciudad de una forma clasista. Se niega un territorio en favor de otro.

En cuanto a la modalidad de implementación, podemos decir que esta forma de política pública se inscribe dentro del modelo “top down”, el que implica que la implementación se realiza desde una perspectiva verticalista que observa cómo las decisiones tomadas en las altas esferas del Estado son llevadas a cabo en el nivel micro. Este modelo implica un proceso que va desde arriba (nivel político) hacia abajo (nivel técnico). La política de relocalización es llevada adelante por la Municipalidad de Santa Fe, y se encuentra inscripta dentro de una política mayor de establecimiento de un Plan Urbano en la ciudad. La construcción del problema como emergencia nocturna no es inocente… y si no, ensayen algunas preguntas a estas respuestas: ¿A quiénes deja afuera este plan urbano? ¿A quiénes incluye en la forma de invisibilización? ¿A quiénes invita a relocalizarse con servicios? ¿A quiénes invita a dormir tranquilos? ¿A quiénes inunda y vuelve a inundar?

Los estudios de factibilidad

Las declaraciones desde el estado no cesan de ser contradictorias: nos dicen que aquí no podemos vivir, nos invitan a trasladarnos, pero invitan a habitar estos terrenos a los privados y sus negocios. Henn recordó que tiempo atrás el cuerpo legislativo resolvió no continuar con el otorgamiento de permisos para abrir locales bailables en la Recoleta, “pero faltaba definir dónde sí se podían ubicar pero según un estudio serio que defina la ciudad que queremos tener”. La ciudad que queremos tener no tiene estudio serio, eso es cierto. La medida de relocalización fue aprobada pese a la falta de estudios de factibilidad que el Consejo había solicitado al Ejecutivo. Se votó por intuición la mayor intervención urbana de las últimas décadas después del puerto, sin ningún tipo de certezas.

La estrategia de la tierra: un negocio

Luego de definir los espacios que los boliches podían ocupar, la Secretaría de Obras Públicas del municipio anunció, en agosto de 2010, la inversión de 700 mil pesos en la zona de la Ruta Nº 168 en infraestructura y servicios. En ese momento, el Secretario de Control del municipio, Cornelio Collins, hizo referencia a la necesidad de las obras y afirmó que habían comenzado las gestiones ante la Empresa Provincial de la Energía para la colocación de un transformador para llevar energía. A su vez aseguró que estaba avanzada la planificación para la llegada del agua potable y el conducto de cloacas.

Cuatro meses después, cuando vencía el plazo para que los empresarios del sector manifestaran la voluntad de adherir al traslado (de lo contrario quedaban obligados a “cesar en la actividad”) se conoció que serían Kwam, Island, Passage y De Puta Madre. Por entonces, en declaraciones a la prensa, el intendente Mario Barletta expresó que “lo que sigue es el perfeccionamiento del convenio para establecer la titularidad de las tierras a favor de los propietarios de los boliches. Una vez que se firmen esos convenios y se eleven al Concejo Municipal para su ratificación, comenzará la etapa de construcción”. Al mismo momento, el mandatario afirmó que en la zona habían iniciado los trabajos de relleno del predio y “la generación de la energía necesaria para llevar adelante las obras, además del resto de los servicios que se requieren”. [1]

Es evidente que se necesita de mucha inversión para que se den las condiciones para trasladar los boliches. Hay que llevar todos los servicios (agua, luz, cloaca), pensar estacionamientos, otros accesos. Y de hacer la inversión, ¿no sería mejor usar esos recursos para el barrio La Vuelta del Paraguayo (levantar el terreno, poner luz eléctrica, red de agua potable, cloacas)? ¿No sería mejor la inversión pública en lo público?

Los verdaderos problemas: el caso de La Vuelta del Paraguayo

El barrio la Vuelta del Paraguayo esta habitado por más de 300 personas que venimos sufriendo sucesivas inundaciones, evitables si la decisión política de gobiernos de todo signo no los tuvieran históricamente olvidados. Como barrio, no nos oponemos a la organización de la “noche santafesina” o a la construcción de boliches fuera del área céntrica, pero no estamos dispuestos a asistir en silencio la inversión desde el estado – dinero de todos – sin reclamar por nuestra urgencia: la realización de las obras que impidan la inundación de nuestras tierras. Es por eso que hemos presentado a la Municipalidad nuestro reclamo demandando una respuesta, e invitamos a las organizaciones sociales y a la comunidad toda a adherir al mismo.

ENTONCES... BASTA YA!

Consideramos que es el momento adecuado para manifestar públicamente que hay un sector de la sociedad que no está de acuerdo con esta medida. Para nosotros, es urgente emitir este comunicado porque, aunque no empezaron todavía los traslados, el intendente ha anunciado en el día de hoy que en diciembre del próximo año estarían terminadas las obras.

A partir de la instalación – en lo social – de representaciones de espacios “libres”, llamados zonas habilitadas, se esconde el negocio de la inversión que vuelve a repetir el juego que la política municipal y provincial están empeñadas en jugar: la inversión público-privada… o la inversión de lo público en las ganancias del privado. Pero lo que es más grave: aquí se suma el hecho de que estas tierras están habitadas por esos “otros” vecinos que el gobierno está dispuesto a olvidar, una vez más.

Queremos plantear viejos problemas que han sido obviados, así como nos han obviado, a pesar de sostener que se pretende respetar y debatir con los sectores involucrados en el proceso. Somos un sector involucrado en tanto y en cuanto los terrenos que se pretenden ocupar, son nuestro barrio. Y esto no es cosa que el municipio desconozca, dado que en las sucesivas inundaciones que nos aquejan, se ha dedicado a responder precariamente, previo reclamo y realización de conferencias de prensa ante la comunidad santafesina toda. Quisieron imponernos un plan de evacuación que nos deja afuera, lejos de nuestro barrio... quieren nuevamente cercar nuestra existencia cercenando las posibilidades de subsistir a un mal que no están dispuestos a arreglar.

Nos negamos a asistir en silencio a la imposición de soluciones que, sin un sentido de integralidad en el desarrollo de la ciudad, agudizan la problemática, multiplicando las diversas formas de precariedad en las que nos obligan a vivir.

Aunque le cueste creerlo a los sucesivos gobiernos, la Vuelta del Paraguayo tiene voz, y esta dispuesta a resistir.

Decimos ya basta a los atropellos, basta ya a los oídos sordos.

Decimos ya basta a la ciudad que no queremos tener.

A la emergencia nocturna imponemos una emergencia vital: la de los días y las noches de los olvidados.

¡INVERSIÓN EN LAS OBRAS DE INFRAESTRUCTURA PARA LA VUELTA DEL PARAGUAYO YA!

¡NO MÁS PROMESAS INCUMPLIDAS! ¡NO MÁS INUNDACIONES!

Vecinos Autoconvocados Vuelta del Paraguayo

Proyecto Revuelta

Sobre la relocalización de boliches

Primera declaración en defensa del territorio: ¡BASTA YA!

La iniciativa de mudar los locales bailables del centro de la ciudad comenzó con la declaración del estado de emergencia de la noche santafesina, en octubre de 2009. La relocalización de boliches se enmarca dentro de esta problemática y es decretada en la ordenanza 11.653, disponiendo “nuevas zonas habilitadas”. Según la propuesta, se habilitarían 6 nuevas zonas: El corredor de Avenida Alem, desde Belgrano hasta el Puente Oroño, la Avenida Gorriti, Aristóbulo del Valle, desde Gorriti al norte, La Vuelta del Paraguayo, Alto Verde y la Ruta Nº 168, desde Viaducto Oroño hasta La Guardia. Dos de esas zonas son los territorios que actualmente habitamos los vecinos de la Vuelta del Paraguayo (Vuelta del Paraguayo - vera de la Ruta 168).

Luego de definir los espacios que los boliches podían ocupar, la Secretaría de Obras Públicas del municipio anunció, en agosto de 2010, la inversión de 700 mil pesos en la zona de la Ruta Nº 168 en infraestructura y servicios. Es evidente que se necesita de mucha inversión para que se den las condiciones para trasladar los boliches: hay que llevar todos los servicios (agua, luz, cloaca), pensar estacionamientos, otros accesos. Y de hacer la inversión, ¿no sería mejor usar esos recursos para el barrio La Vuelta del Paraguayo (levantar el terreno, poner luz eléctrica, red de agua potable, cloacas)? ¿No sería mejor la inversión pública en lo público?

El barrio la Vuelta del Paraguayo está habitado por más de 300 personas que venimos sufriendo sucesivas inundaciones, evitables si la decisión política de gobiernos de todo signo no los tuvieran históricamente olvidados. Como barrio no nos oponemos a la organización de la “noche santafesina” o a la construcción de boliches fuera del área céntrica, pero no estamos dispuestos a asistir en silencio a la inversión desde el Estado – dinero de todos sin reclamar por nuestra urgencia: la realización de las obras que impidan la inundación de nuestras tierras. Es por eso que hemos presentado a la Municipalidad nuestro reclamo demandando una respuesta, e invitamos a las organizaciones sociales y a la comunidad toda a adherir al mismo.

Aunque le cueste creerlo a los sucesivos gobiernos, la Vuelta del Paraguayo tiene voz, y esta dispuesta a resistir.

Decimos BASTA YA a los atropellos, basta ya a los oídos sordos.

Decimos BASTA YA a la ciudad que no queremos tener.

A la emergencia nocturna imponemos una emergencia vital: la de los días y las noches de los olvidados.

¡INVERSIÓN EN LAS OBRAS DE INFRAESTRUCTURA PARA LA VUELTA DEL PARAGUAYO YA!

¡NO MÁS PROMESAS INCUMPLIDAS! ¡NO MÁS INUNDACIONES!

Vecinos Autoconvocados Vuelta del Paraguayo

Proyecto Revuelta

jueves, 28 de abril de 2011

¡BASTA YA! SANTA FE CIUDAD INUNDADA


¡BASTA YA! SANTA FE CIUDAD INUNDADA
¿Se secará alguna vez el río, para callar la voz de lo que nunca han sido escuchados?

La Vuelta del Paraguayo es uno de los tantos barrios humillados y ofendidos de la ciudad de Santa Fe. Las repetidas inundaciones sucedidas a lo largo de su historia han marcado la memoria de quienes lo habitamos. Desde siempre nuestras voces han sido silenciadas por la prepotencia de los gobernantes, los que más tienen y menos saben. Por eso, sus discursos y planteos han significado para nosotros un puñado de excusas para encubrir y justificar sus políticas excluyentes, las mismas que nos condenan.
La necedad y la soberbia del poder han ido así instalando en la sociedad santafesina la idea de que las inundaciones en nuestro barrio son el resultado de un evento natural que debe ser aceptado sin alternativas o posibilidades. Ésta es la mentira a la que recurren los gobernantes para escapar a sus obligaciones, y lo que es aún peor, para responsabilizarnos a nosotros por “elegir vivir en un lugar que se inunda”. Pero quienes vivimos en estas tierras sabemos bien que la crecida de las aguas pertenece al río, pero la inundación la produce la acción del hombre.
Por eso, durante varias generaciones hemos aprendido a convivir con las oportunidades que nos brindan nuestra tierra y el río, y a lidiar y resistir los inconvenientes que nos proponen los grupos de poder político y económico.
Ahora en menos de un año sufrimos dos inundaciones y desde nuestro territorio avanzamos en la organización comunitaria para sobrellevar la coyuntura.  Así, reclamamos al Gobierno, convocando a los representantes municipales a través de asambleas, enviando notas a los organismos pertinentes o por medio de comunicados de prensa, para que nos brinde mínimas soluciones coyunturales y la realización de las obras necesarias para que se solucione de una vez por todas el problema de fondo. Las respuestas son siempre las mismas: tomadas de pelo y mentiras en forma de abandono, de una ayuda que siempre es mucho menos de lo necesario o de intentos de imposición de un plan de contingencia que no contempla nuestra palabra y nos trata como objetos. El problema de fondo sigue ahí: las inundaciones se están dando cada vez más seguido.
En este momento el barrio está inundado, pero, siendo un año electoral, se notan algunas diferencias: el gobierno y los medios oficialistas se muestran con el agua en los pies simulando una preocupación que ya a esta altura sabemos falsa.
Ante esta situación el gobierno nos sigue proponiendo como única solución definitiva posible la relocalización de los habitantes del barrio, acusándonos de “querer vivir en una zona inundable”.
La pregunta no es entonces por qué no queremos abandonar nuestro barrio sino por qué el Gobierno insiste en desalojar a las personas que habitamos este territorio.
Hace muchos años ya las tierras en las que vivimos están adquiriendo un alto valor económico producto de grandes intereses inmobiliarios debido al valor turístico y estratégico del lugar, teniendo en cuenta por ejemplo la construcción del nuevo puerto de la ciudad de Santa Fe y la revalorización turística de la zona de islas.
Sumado a esto, existe un Plan Urbano llevado adelante por la municipalidad que tiene como fin seguir marginándonos a los sectores ya marginados, relocalizándonos como si fuéramos objetos a zonas muchos más periféricas que en las que ya estamos, lejos del centro, a un lugar donde no molestemos ni nos vean. Un claro ejemplo de esto es lo que esta pasando con los barrios Bajo Judiciales, Playa Norte y Villa Corpiño.
Éstas son algunas de las razones por las cuales el Gobierno intenta instalar en la opinión pública el hecho de que nosotros, las personas de La Vuelta del Paraguayo, debemos ser trasladados a un sitio no inundable, sin dar lugar ni siquiera a pensar otra alternativa a la inundación, alternativas como las que están frente a nuestros ojos: cuando se decidió establecer el Barrio El Pozo, construir el Megamercado Wal Mart, la Ciudad Universitaria, el Conicet o la reubicación de los boliches se tomó la decisión política de darle solución al problema de la inundación de los terrenos donde iban a ser ubicados. Es así que se llevo adelante una serie de obras para levantar esos terrenos cuando los intereses económicos eran suficientes como para dar respuestas al inconveniente. Esto nos permite pensar que hay soluciones que no implican nuestro traslado y desarraigo, lo que no hay es voluntad política.
La discusión termina centrada en lo que parece ser un capricho de no querer trasladarnos a una zona no inundable. Tal capricho no existe. No es un capricho que no queramos alejarnos de nuestra fuente de trabajo, no es un capricho que no queramos irnos del barrio en el que viven nuestras familias hace más de 70 años, no es un capricho que no queramos irnos del lugar donde trabajamos la tierra, no es un capricho que queramos quedarnos en donde construimos nuestra cultura y nuestra forma de vida, no es un capricho que luchemos por nuestra identidad y nuestra historia.

lunes, 11 de abril de 2011

al final...el viejo de la bolsa es Mario Barletta

BARRIO VUELTA DEL PARAGUAYO
ABRIL 2011
el gobierno otra vez improvisando...