“porque morir no duele, lo que duele es el olvido”
Subcomandante Marcos.
Lo que duele es el olvido, es el cinismo, es la injusticia, es
la mentira.
El gobierno de la ciudad de Santa Fe nos miente; nos miente
por acción, nos miente por omisión, y poco le interesa lo que ponga en juego
con sus mentiras. Otra vez crece el agua, otra vez la farsa. La historia se
repite…
A principios de este mes de junio el Instituto Nacional del
Agua (INA) -al igual que hace un año- anunció una gran crecida del río Paraná
que en la ciudad de Santa Fe superaría el nivel de evacuación. A las pocas horas
de realizado el pronóstico, el gobierno municipal -al igual que hace un año- declaró
la emergencia hídrica en la ciudad habilitando la utilización de recursos del
Estado para la situación de emergencia mediante “contrataciones directas” (es
decir, evadiendo licitaciones). A días de declarada la emergencia, el INA -al
igual que hace un año- comenzó a corregir progresivamente su pronóstico
prediciendo alturas del río muy inferiores a las presagiadas en principio.
Cabe entonces preguntarnos ¿qué intereses se esconden detrás
de las declaraciones de emergencia hídrica?, ¿cuál es la utilización política
que de ella se hace? Permítasenos intuir que la habilitación de la chequera
pública libre de intermediarios ha de ser buen motivo. Permítasenos sospechar
también, que instalar un discurso de vulnerabilidad ambiental en una zona
periférica ubicada en el centro del interés turístico e inmobiliario de la ciudad
no ha de ser casual. Lo que traspasa la emergencia es que dichas declaraciones
apresuradas comprometen material y emotivamente a centenares de familias que
ven amenazada toda una vida de trabajo y esfuerzo para conseguir lo poco –o
mucho- que tienen, ¿cuál es el límite de la malversación de los recursos del
Estado?
Con la declaración de emergencia, la Vuelta del Paraguayo
nuevamente deja el olvido y se torna visible para la sociedad santafesina, el
barrio vuelve al centro en el discurso de los gobernantes que se enorgullecen proclamando
su preocupación y ocupación ante la situación que se vive en una de las zonas
más bajas de la ciudad. Lamentamos que de todo lo que el gobierno dice, a esta
altura ya poco creamos: no es inocente la (pre)ocupación del gobierno cuando el
agua sube, ni es inocente tampoco su estrategia aterrorizadora que oculta sus
intereses sobre estas tierras.
Lo que duele es el olvido, dice Marcos… y es que de
paliativas coyunturales en los momentos de crisis conocemos ya demasiado; y es
que estamos ya cansados de gritar a oídos sordos que queremos vivir dignamente
en el territorio donde producimos nuestra vida, nuestra identidad y nuestra
historia.
Los discursos y planteos desde los representantes del
gobierno municipal nos resultan un puñado de excusas para encubrir y justificar
sus políticas a favor de un modelo de ciudad que nos excluye. Detrás del olvido
se esconde la desidia, que pretende corrernos de un lugar en el que molestamos
al desarrollo del capital, intentado convencernos de que allí no se puede
vivir.
Pero el gobierno municipal no está ausente. Por acción u
omisión el gobierno actúa constantemente en pos de la construcción de una
ciudad en la que los pocos que tienen mucho vivan bien y acrecienten sus
fortunas, y los muchos que tienen poco vivan como puedan y en lugares
invisibilizados donde no molesten.
El gobierno municipal decide un modelo de ciudad donde haya
lugar para la Ciudad Puerto,
la Peatonal Norte,
las cocheras del Parque Alberdi, los boliches de la costa, los edificios
estrafalarios, el olor a podrido, las cloacas rebalsadas, los barrios
relocalizados y los marginales escondidos.
Nos enfrentamos ante un enemigo grande que pretende
construir grandes muros que nos separen de su ciudad privilegiada. Grande será,
entonces, la dimensión de la lucha, para destruir los muros que las miserias de
la urbanización pretenden construir en los territorios en resistencia; alto se
agitarán nuestros puños hasta que los olvidados de los poderosos construyamos
el mundo que soñamos. El gobierno municipal decide cada día por el orden del
capital a costa de la vida y nosotros decidimos que la vida digna vale más que
cualquier derecho a la propiedad. Hasta entonces, seguiremos luchando.
Proyecto ReVuelta.
Contacto:
Anahí Acebal 0342-155257709
Camila Blanc 03447-15453100
Daniela Montagnini 0342-156336943
Guillermina Barukel
0342-155214539
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